jueves, 2 de febrero de 2012

Jesús y la barca


"Y vinieron sus discípulos y le despertaron, diciendo: ¡Señor, sálvanos, que perecemos!" Mateo 8:25

¿Quien de nosotros no ha pasado por un momento difícil en su vida? La verdad que todos, nadie ha quedado libre de algún problema, enfermedad, tristeza, etc. Todo esto es parte de la vida normal de un hombre y una mujer. Muchas veces estos problemas que son tan normales nos amargan, nos entristecen y no nos dejan continuar en nuestro camino. 

Nuestra vida podemos asimilarla a una barca que viaja por el mar, hay muchos momentos de bonanza en el océano, pero otros son de tempestad, de lluvia, hasta que vuelve a salir el sol. Y es así como se repite este siclo en nuestra vida una y otra vez.

Así como estos discípulos clamaron al Señor para que los pudiera socorrer, muchas veces nosotros también clamamos, necesitamos socorro, gritamos por ayuda. Los discípulos tenían al Maestro dentro de su barca, y aunque Él iba descansando se despertó para calmar la tempestad. Y así debe pasar en nuestra vida, similar a la barca, si Jesús va dentro de nuestra barca no importa que vengan tiempos de tempestad y que parece que no nos escucha, porque en cualquier momento se levantará y calmara la tempestad. Pero si Jesús no está dentro de nuestra barca, clamaremos, gritaremos por ayuda y simplemente no estará allí para socorrernos. 

Ahora es cuando tenemos la oportunidad para invitar a Jesús a nuestro corazón. Ya que nunca sabemos cuando vendrá en tiempo de la tempestad, pero lo que si sabemos es que si está Él no hay nada que temer, porque se levantara como poderoso gigante para salvarnos. 

"Porque no envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por él."  Juan 3:17. 

Dios te bendiga. 

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